La ansiedad es una respuesta normal a los eventos estresantes o podemos decir que es un mecanismo de alarma para preparar a un individuo para una respuesta física al peligro percibido.
Sin embargo, cuando sucede fuera de lugar o está fuera de proporción, se convierte en el trastorno de ansiedad.
Es posible comprender mejor la naturaleza de la ansiedad observando qué es y qué no es. Por ejemplo, la ansiedad se puede distinguir del miedo de varias maneras.
Cuando tiene miedo, su miedo generalmente se dirige hacia algún objeto o situación externa concreta.
El evento que temes generalmente está dentro de los límites de la posibilidad. Es posible que tenga miedo de no cumplir con una fecha límite, de no aprobar un examen, de no poder pagar sus facturas o de ser rechazado por alguien que desea complacer.
Por otro lado, cuando experimentas ansiedad, a menudo puedes especificar qué estás ansioso. El foco de la ansiedad es más interno que externo; Parece ser una respuesta a un peligro vago, distante o incluso no reconocido.
Podría estar ansioso por “perder el control” de sí mismo o de alguna situación. O puede que sientas una vaga ansiedad por “algo malo que está pasando”.
La ansiedad afecta a todo tu ser. Es una reacción fisiológica, conductual y psicológica a la vez. A nivel fisiológico, la ansiedad puede incluir reacciones corporales como latidos cardíacos rápidos, tensión muscular, mareos, sequedad de boca o sudoración.
En un nivel de comportamiento, puede sabotear su capacidad para actuar, expresarse o lidiar con cierta situación cotidiana.
Psicológicamente, la ansiedad es una etapa subjetiva de aprehensión e inquietud. En su forma más extrema, puede hacer que te sientas alejado de ti mismo e incluso temeroso de morir o volverse loco.
El hecho de que pueda afectarlo a usted a nivel fisiológico, conductual y psicológico tiene implicaciones importantes para sus intentos de recuperación.
Un programa completo de recuperación de un trastorno de ansiedad debe intervenir en los tres niveles para:
Disminuir la actividad fisiológica de la ansiedad.
Eliminar el comportamiento de evitación.
Cambiar las interpretaciones subjetivas que perpetúan un estado de aprensión y preocupación.
La ansiedad puede aparecer en diferentes formas y en diferentes niveles.
Puede variar en severidad desde una simple punzada de inquietud hasta un ataque de pánico en toda regla marcado por palpitaciones, desorientación y terror.
La ansiedad que no está relacionada con ninguna situación en particular, que aparece “de la nada” se llama ansiedad de flotación libre o, en casos más graves, un ataque de pánico espontáneo.
La diferencia entre un episodio de ansiedad flotante y un ataque de pánico espontáneo se puede definir según si experimenta cuatro o más de los siguientes síntomas al mismo tiempo (la aparición de cuatro o más síntomas define un ataque de pánico):
Falta de aliento
Palpitaciones del corazón
Temblor
Aumento de la transpiración
Náuseas y dolor abdominal.
Entumecimiento
Mareos e inestabilidad
Sensación de desapego o falta de contacto contigo mismo
Sofocos o escalofríos
Miedo a morir
Miedo a volverse loco o perder el control de si mismo.
Si su ansiedad surge solo en respuesta a una situación específica, se llama ansiedad situacional o ansiedad pública.
Si tiene un temor desproporcionado acerca de conducir en autopistas, ir al médico o confrontar a su cónyuge, esto puede calificar como ansiedad situacional.
La ansiedad situacional se vuelve fóbica cuando en realidad empiezas a evitar la situación.
Si deja de conducir en autopistas, acude a un médico o se enfrenta a su cónyuge por completo.
A menudo, la ansiedad puede ser provocada simplemente por pensar en una situación particular.
Cuando se siente angustiado por lo que podría suceder cuando, o si tiene que enfrentar una de sus situaciones fóbicas, está experimentando lo que se denomina ansiedad anticipatoria.
SÍNTOMAS DE ANSIEDAD
Los síntomas de ansiedad incluyen principalmente:
Nerviosismo
Miedo y aprensión
Irritabilidad
Náusea
Inestabilidad
Mayor respuesta de sobresalto.
Insomnio o sueño perturbado
Inquietud mental y física.
Falta de concentración o abstracción de la mente.
Sobre sensibilidad
Aumento de la sudoración
Palpitación
Pérdida de apetito
Diarrea
Debilidad
Disnea
Pérdida de libido
Dificultad para tragar.
Entumecimiento y hormigueo
Mareo
Tratamiento de ansiedad
El tratamiento convencional de los trastornos de ansiedad generalmente consiste en una combinación de psicoterapia, terapia conductual y medicamentos.
El asesoramiento psicológico puede incluir terapia cognitivo-conductual (TCC), psicoterapia o una combinación de terapias.
Los medicamentos que se usan comúnmente para controlar algunos de los síntomas físicos y mentales incluyen antidepresivos, benzodiacepinas, betabloqueadores, etc.
Tratamiento con homeopatía para la ansiedad
La homeopatía es uno de los sistemas holísticos más populares de la medicina.
La selección del remedio se basa en la teoría de la individualización y la similitud de los síntomas mediante el uso de un enfoque holístico.
Esta es la única manera a través de la cual se puede recuperar un estado de salud completo eliminando todos los signos y síntomas que el paciente está sufriendo.
El objetivo de la homeopatía no es solo tratar la ansiedad, sino también abordar la causa subyacente y la susceptibilidad individual.
En lo que respecta a la medicación terapéutica, existen varios medicamentos en homeopatía ampliamente probados para el tratamiento de los trastornos de ansiedad que pueden seleccionarse en función de la causa, el estado, la sensación y las modalidades de las quejas.